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DE POR QUÉ ESCRIBO ESTOS ENSAYOS

27 May

Considero que para todo aquel que escribe algún tipo de obra, es algo muy importante tratar de justificar, así sea de manera meramente superficial, las motivaciones que tiene para ello. Esto en lo personal siempre ha llamado mi atención en las lecturas que realizo. Procuro leer con detenimiento los prólogos y comentarios que los autores hacen de su propia obra, incluso, leo con placer los prólogos que en su caso realizaron a las primeras ediciones de sus libros. No dejo de sentir un sentimiento de decepción y tristeza cuando los libros no traen una pequeña introducción escrita por su propio autor. En ocasiones traen algún tipo de prefacio o prólogo escrito por alguna otra persona, lo cual generalmente no es despreciable, pero definitivamente pienso que no hay nada comparable a conocer las razones y motivaciones del propio autor. En relación a esto, estoy de acuerdo con Schopenhauer, quien extendiendo un poco el argumento  anterior decía que debemos leer las obras directamente de sus autores, ya que leer las ideas de algún pensador a través de alguna otra interpretación (como los libros aquellos de “La filosofía de Kant según tal o cual” o “Nietzsche para dummies” y todas esas aberraciones), era como si alguien masticara nuestros alimentos por nosotros y después los echara a nuestra boca, analogía que considero muy afortunada y precisa.

Regresando al tema de las motivaciones escritas por los mismos autores acerca de sus obras, cuando se trata de autores a los que admiro en demasía, para mí resulta muy gratificante el saber cómo pensaban, las ideas que tenían acerca de lo que querían plasmar, los métodos que pretendían utilizar, el público al que pretendían llegar, entre tantas otras cosas. Al respecto, pocas justificaciones tan buenas he leído de obras como la que realizó Honoré de Balzac para su “Comédie humaine”.

En algún punto de mis estudios literarios, también me percaté de que me causaría un enorme placer el conocer qué pensaban mis antepasados no necesariamente de alguna obra que hubieran escrito, sino de sus propias vidas, que son sus obras más importantes. Por ejemplo, me hubiera gustado tener la posibilidad de leer algún escrito en donde se plasmara un poco algunas ideas o costumbres de alguno de mis bisabuelos, cómo vivían, que pensaban de la sociedad, de su familia, de las personas que los rodeaban, lo que los maravillaba, lo que les causaba algún tipo de enojo, lo que comían, los juegos que realizaban, cómo se divertían y tantas otras cosas. A lo más que he llegado con esa curiosidad es a lo que sé de oídas, pero nada se compara a haber tenido la posibilidad de leer sus propias palabras. En fin, derivado de lo anterior es por lo que me gustaría tratar de esbozar, de manera general las motivaciones que tengo para escribir estos ensayos, porque considero que toda obra merece una justificación, así sea de lo más sencilla, por parte de su autor. Por cierto,

Tengo en cierta estima mis escritos pero no les doy más valor del que tienen, puedo decir como algo absolutamente cierto que considero que no hay ninguna novedad en ellos, porque he aprendido que es cierto aquel dicho que se le atribuye al Rey Salomón, acerca de que no hay nada nuevo bajo el Sol. El creerse innovador a estas alturas de la existencia de la humanidad es una mera vanidad. Todo lo que pensamos ya lo ha pensado alguien más, de una o de otra forma, pero lo que deseo es dejar constancia acerca de mis ideas y de mis fantasías a través de estos escritos. Si alguien, de quienes tienen la amabilidad de leerme, considera que puede haber algo en ellos de valor y que pueda aplicar en su vida, adelante, puede tomar cuanto guste, aunque siendo honestos, yo escribo más con el afán de estudiarme a mí mismo, de dejar plasmadas las ideas, correctas o equivocadas, que tuve en algún momento de mi vida, y a partir de ahí, compararme cuando tenga más años de experiencia, si es que mi tiempo de vida da para tanto. Escribo principalmente para mí, pero con el posible agradable efecto secundario de que le pueda resultar útil o ameno a alguien, así sea en lo más mínimo. Adicionalmente, escribo también principalmente para aquellas personas que me conocen, principalmente mis familiares y amigos cercanos, no con el propósito en sí de que lean lo que escribo, porque hay muchísimos más escritos con cosas de mucho mayor calidad y relevancia que cualquier cosa que yo podría decir y en los que podrían invertir su tiempo de una manera mucho más productiva, sino más bien con la intención de que, si en algún momento tuvieran curiosidad de conocer un poco más de mí, tengan un acceso directo a mi forma de pensar, es decir, a mi ser. Por lo anterior, no pretendo escribir nada que contradiga mi manera de actuar o pensar, ni aún con la intención de causar algún beneplácito a mis seres cercanos, porque soy lo que soy, y me acepto con mis virtudes y con todos los defectos que me conozco y que me falten por conocer y lo que más deseo es que esos seres cercanos en mi vida me puedan aceptar también como soy, como un ser imperfecto con deseos de aprender más de mí mismo y de la naturaleza cada día.

Si un pintor realizara un autorretrato suyo cada determinado tiempo, podría, después de haber realizado varios, estudiar su fisonomía, y cómo esta se ha ido modificando a lo largo de los años, las distintas expresiones de su rostro a lo largo del tiempo, etcétera, es decir, podría realizar un estudio concreto de sí mismo, específicamente de su rostro, detectar en qué momento apareció la primera arruga en su frente, sus primeras canas, etcétera. Lo que yo pretendo con estos ensayos es justamente algo análogo con mis ideas, realizar un estudio de ellas, de cómo van adoptando distintos matices a lo largo del tiempo, de las que permanecen igual, de cómo se van moldeando en virtud de los años y de las experiencias vividas, en fin, realizar un estudio de mí mismo en ese terreno, porque cada ensayo retrata ideas que tuve en algún momento concreto de mi vida, y me resulta interesante poder ver esos “retratos” en muchos años. Me habría gustado tener dotes de pintor, de tal forma que también pudiera realizar ese otro tipo de estudios artísticos, pero no los tengo, así que me limito al estudio intelectual de mí mismo, y ese estudio intelectual que podemos hacer sobre nosotros mismos siempre está a nuestro alcance, sólo basta estirar un poco la mano. Podría decir que estos escritos son mis respectivos autorretratos, y que quien les dé una hojeada, estará haciendo algo equivalente a mirar un poco de mi alma. Hasta ahí respecto a mis intenciones. Ahora hablaré un poco acerca de lo que no pretendo.

No pretendo en absoluto dar la idea de que deseo establecer algún tipo de línea de pensamiento o algún tratado ético o algún tipo de guía de conducta. Nada menos que eso. Si bien es cierto que mis ideas, en consonancia con el hecho que me considero afortunado por lo que la vida me ha dado, me han servido para conducirme de una manera que según yo ha sido más o menos satisfactoria; no pretendo en lo más mínimo que las mismas reglas de conducta sirvan para todo el mundo, porque pretender establecer una ética universal es algo imposible, en el entendido de que no hay nada tan cambiante en sus opiniones como el ser humano, y lo que hoy puede parecer bueno mañana podrá parecer malo. Admito que existen ciertos patrones que podría decirse que están más allá de estas inconsistencias propias de los humanos, pero a esas reglas sólo podemos acariciarlas, no podemos decir que las asimos con fuerza, porque no está al alcance de nuestro limitado entendimiento conocer las cosas en sí, sino como decía Kant, únicamente las podemos conocer como se nos representan. No obstante, el hecho de poder verlas de manera somera nos ha permitido como especie permanecer con vida, siguiendo ciertos patrones éticos y morales que en ocasiones nos parecen lógicos, pero que pocas veces seguimos de una manera consciente. Tomando eso en consideración, no pretendo que todo mundo esté de acuerdo con lo que digo, todo lo contrario, acepto que habrá muchas cosas con las que no se concuerde, pero con ello pretendo darme a conocer con todas mis imperfecciones y sin la más mínima intención de agradar.

En segundo lugar, tampoco pretendo conseguir ningún tipo de fama ni de renombre, porque la vida me ha dado siempre la serenidad para estar a gusto con lo que tengo y no perseguir vanas quimeras ni cosas que no estén a mi alcance. En ese sentido, pienso que, poniendo en una balanza lo bueno y lo malo que me ha pasado a lo largo de la vida, lo bueno gana por mucho, por lo que nada tengo que reprochar a la vida, todo lo contrario, me siento agradecido por todas las cosas que me ha permitido disfrutar y apreciar a lo largo de los treinta y tres años que tengo de existencia, y si bien estoy de acuerdo con aquella afirmación que alguna vez leí, acerca de que uno no puede decir que tuvo una vida feliz hasta su último día, porque nunca se sabe las desventuras que nos esperan en el futuro; podría decir que siempre estaré agradecido por lo bueno y lo malo que me pueda suceder, porque de todo se puede obtener aprendizaje, y porque estos treinta y tres años los he vivido en plenitud física y mental y en arreglo a mis principios básicos acerca de cómo conducirse en la vida; y además treinta y tres años en la vida de un hombre, aunque no es demasiado, tampoco es poco, porque hay muchísimas vidas que terminan antes de esta edad. Por otro lado, como alguna vez creo que he dicho en alguno de mis ensayos, coincido con aquello que decía Epicteto, en el sentido de que con poca vida se puede hacer mucho, por lo que bien puede ser que haya personas que vivieron menos que yo y que hayan experimentado grados más elevados de felicidad y también puede haber personas que han vivido mucho más y que no han hecho gran cosa de su vida, entendiendo esto no como conseguir grandes empresas, sino saberse conducir en sintonía con la naturaleza humana, guiados por la razón y la virtud, con tranquilidad y sin ambiciones desmedidas, porque la felicidad consiste en última instancia en eso, estar tranquilos.

Así como un sencillo pañuelo puede no tener ningún valor intrínseco para nadie, más que para alguna sola persona que lo tenga en estima por algún lazo sentimental o alguna otra circunstancia, así mis escritos. Pienso que no valen gran cosa en sentido real, pero para mí han servido lo suficiente en mi propósito de estudiarme a mí mismo. Como en repetidas ocasiones lo he expresado, para mí es algo verdaderamente importante el estudio que podamos hacer de nosotros mismos, ya que esto nos acerca un poco más a la esencia de la naturaleza de las cosas. Hasta el momento, considerando el tiempo que llevo de vida, considero que he realizado este estudio de una manera un tanto satisfactoria para mí mismo, es decir, considero que me conozco hasta cierto punto, porque tampoco podría decir que tal estudio lo he realizado de manera completa o enteramente satisfactoria; decir eso sería una pretensión falsa, ya que considero que, como en cualquier otro asunto en que nos apliquemos, nunca terminamos de aprenderlo, y con más razón esto aplica para algo tan complejo como el estudio de nosotros mismos, sin embargo sí podemos acercarnos a la cuestión tratada. Aunque nunca lleguemos a nuestro destino planteado, sí resulta una gran diferencia avanzar todos los pasos que podamos hacia él, porque no es lo mismo ver cualquier figura de lejos que, aunque nos esté velado llegar a ella, verla unos cuantos metros más cerca.

En conclusión, mis propósitos para estos ensayos se resumen principalmente en dos: el continuar con el estudio que hago de mí mismo, y el dejar algún tipo de memorias por si alguna vez alguien está interesado en saber un poco de mí. No soy nadie fuera de lo común, ni lo que hago es algo que no esté al alcance de hacer de cualquier otra persona que se aplique en ello. Las grandes obras son dignas de grandes hombres, y no considero que yo pertenezca a esa categoría. Sin embargo, para todo aquel que llegue de alguna o de otra manera a estas páginas, le expreso mi más sincero agradecimiento y espero que puedan encontrar entre ellas algo que les aporte, si no un conocimiento concreto, al menos el deseo de obtener ese conocimiento.

 
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Publicado por en May 27, 2016 en Ensayo

 

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